Down, down…

El 21 de marzo nos downeamos. Pasamos una jornada refrescando lo que ya conocíamos sobre las personas con síndrome de Down y profundizando sobre cosas que habíamos olvidado o, directamente, desconocíamos. La profe Cova nos dio la explicación científica sobre este síndrome y después vimos algunos cortos y entrevistas protagonizados por personas con síndrome de Down.

Vinieron la tele y la prensa y, mientras hacían su trabajo con una parte del alumnado, 1º, 2º y 3º de ESO nos reunimos para reflexionar un poco sobre el tema y, sobre todo, recordar anécdotas de compañeros y compañeras con síndrome de Down que pasaron por el colegio. Algunos se acordaban de Mateo, su timidez, su seriedad y su forma cuadriculada de hacer las cosas. Todo lo contrario de Javi, que , si lo dejaban, organizaba la vida de todo el colegio y se ponía a bailar rápidamente cuanto oía cualquier música, aunque fuera la de un teléfono que sonaba en clase a destiempo. Ahora tenemos a Beltrán.

 

Aquí os resumimos algunas de las cosas que recogimos en nuestro trabajo por grupos:

En nuestro colegio siempre hemos convivido con alumnas o alumnos con síndrome de Down. Por su carácter alegre y sociable, son siempre personas muy queridas, pero a veces tendemos a sobreprotegerlas y las tratamos como si fuesen niños o niñas pequeños o como si tuviesen una discapacidad intelectual, cuando no siempre es así. Un ejemplo de ello es Pablo Pineda, cuya inteligencia obviamente supera a gran parte de quienes no tenemos síndrome de Down. No hay más que oírle hablar y verle actuar. Afortunadamente, las cosas van cambiando poco a poco y cada vez es más normal ver a personas con síndrome de Down trabajando en igualdad de condiciones con quienes no lo tienen. Ojalá en el futuro podamos sentir el orgullo y la alegría de comprobar que todas las personas somos únicas y diferentes y que la diversidad, en todos los aspectos, nos enriquece.